La falta de mano de obra se ha convertido en un problema recurrente para los empresarios del sector turístico desde que reabriese sus puertas después de la covid. Tras el cerrojazo de 2020, muchas empresas de hostelería tuvieron que acostumbrarse a que gran parte de sus efectivos cambiasen de actividad y no quisieran retomar el servicio en hoteles y restaurantes. Una situación que se ha mantenido en el tiempo y que se ha visto agravada por la buena marcha del empleo y por el enorme encarecimiento que ha sufrido el precio de la vivienda, que han transformado la búsqueda de empleados de temporada en una carrera de obstáculos.