
En el municipio de Concepción, un personaje singular atrae las miradas de propios y visitantes. Se trata de Abelardo Marín, un campesino de 83 años que jamás en su vida ha usado zapatos.
Camina con la misma naturalidad por las calles empedradas del pueblo, las trochas rurales o incluso en la ciudad de Medellín, siempre descalzo. El clima nunca ha sido un impedimento: lo mismo bajo la lluvia, en pleno sol o en medio del frío de montaña.
Su historia fue contada por la periodista Erika Zapata, quien destacó en un video cómo Don Abelardo mantiene con orgullo esta costumbre que para muchos parece impensable. Sus pies, fuertes y endurecidos, son testimonio de una vida de trabajo en el campo y de una manera distinta de entender la comodidad.
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El fotógrafo Santiago Márquez ha capturado varias veces su andar por el pueblo, imágenes que hoy circulan como retratos de autenticidad y tradición.
Se dice que décadas atrás era común que muchos campesinos colombianos vivieran descalzos y solo usaran zapatos en ocasiones especiales, debido a la dureza de la vida rural y a la escasez de recursos. Aunque esa costumbre casi ha desaparecido, Don Abelardo sigue siendo un recordatorio vivo de aquella época. Más que una rareza, representa una forma de identidad cultural que todavía late en los pueblos antioqueños.