En la Comuna 13 de Medellín, uno de los principales puntos de atracción turística del país, ha surgido una polémica por la instalación de un nuevo “atractivo” que revive uno de los episodios más dolorosos del conflicto armado urbano en Colombia: la Operación Orión.
Se trata de una réplica de helicóptero bautizado con el mismo nombre de la operación militar, en el que, por $5.000, los visitantes pueden tomarse fotografías vestidos con uniformes similares a los de las Fuerzas Militares. La experiencia incluye una manilla que da acceso a una reconocida discoteca de la ciudad.

El lugar, que abrió hace dos meses, está decorado como una base militar e incluye recortes de prensa de octubre de 2002, cuando se llevó a cabo la Operación Orión bajo órdenes del entonces presidente Álvaro Uribe. Esta intervención, ejecutada por unos 1.500 efectivos del Ejército, la Policía, la Fuerza Aérea, el DAS y la Fiscalía, contó con apoyo de grupos paramilitares y dejó como saldo decenas de muertos, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y desplazamientos.
Las críticas no se han hecho esperar. Líderes comunitarios y defensores de derechos humanos han comparado esta propuesta con el llamado “narcoturismo” ligado a la figura de Pablo Escobar, advirtiendo que se está cayendo en un “turismo paramilitar” que banaliza el dolor y oculta la violencia que vivió la Comuna 13.

Según informes de la Comisión de la Verdad, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y el Centro Nacional de Memoria Histórica, la Operación Orión dejó al menos 40 civiles heridos, seis desapariciones confirmadas y hasta 200 personas desaparecidas entre 2002 y 2003. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que este operativo facilitó la consolidación paramilitar en la zona, que se tradujo en nuevas olas de violencia y control territorial por parte de grupos armados ilegales.
Para las familias de las víctimas, convertir estos hechos en una atracción turística es una ofensa a la memoria histórica. “Algo más habría que contarse antes de subir al helicóptero de Orión”, dicen, pidiendo que el relato de la Comuna 13 siga enfocado en la cultura, el arte y la resiliencia, y no en la glorificación de la violencia.