Objetivo: no pagar más de 300.000 euros por una vivienda y no más de 1.000 por un alquiler. Solución: poner kilómetros de por medio. Es lo que se plantean miles de personas atrapadas en alguna de las grandes capitales, como Madrid, Barcelona, Valencia o Málaga, núcleos donde se concentran las oportunidades laborales. Los precios han dinamitado el mercado inmobiliario en las grandes urbes. Solo queda hacer la maleta y trasladarse hacia otros lugares bien comunicados por transporte público, sobre todo ferroviario, donde los precios son considerablemente más bajos.