Operación aérea le dio una segunda oportunidad a 22 animales silvestres rescatados del tráfico ilegal

hace 1 mes 28

Una guacamaya escarlata que ya no recuerda cómo volar largas distancias, un búho ocelado que perdió la habilidad de cazar y dos pequeños titíes grises que crecieron entre rejas son parte de las historias de los 22 animales silvestres trasladados por Cornare y la Fuerza Aeroespacial Colombiana hasta el Parque de Conservación Piscilago, en Cundinamarca.

La operación incluyó siete tortugas charapa de puntos amarillos, una tortuga caja, una tortuga matamata, un cernícalo común, una tucaneta esmeralda, varias loras de distintas especies y la emblemática guacamaya escarlata. Todos estos ejemplares habían llegado al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre de Cornare tras entregas voluntarias o decomisos en operativos de control.

Pese a los esfuerzos de rehabilitación, muchos de ellos no lograron recuperar las condiciones necesarias para sobrevivir en libertad. Por eso, regresar a su hábitat natural ya no era posible. Para garantizar su bienestar, Cornare gestionó su traslado a Piscilago, un centro especializado en la conservación de fauna, donde ahora no solo estarán protegidos, sino que además se convertirán en embajadores de la biodiversidad y en una herramienta de educación para miles de visitantes.

El viaje se realizó en un helicóptero UH-60 Black Hawk de la Fuerza Aeroespacial, que aseguró un transporte rápido, seguro y bajo estrictos protocolos de cuidado. “Cada vez que recibimos un animal silvestre víctima de cautiverio nos enfrentamos a una realidad dolorosa: no todos logran volver a la libertad. Por eso, estos traslados son también un mensaje a la comunidad para que no compre, no tenga ni promueva el tráfico de fauna”, señaló Javier Valencia González, director de Cornare.

Hoy, gracias a esta misión conjunta, 22 animales tienen una segunda oportunidad en el Parque de Conservación Piscilago. Allí recordarán a la ciudadanía que cada jaula en un hogar deja una huella en la naturaleza, pero también que la educación y la conciencia pueden transformar esas heridas en un mensaje de esperanza.

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