Lupe M. Rodríguez siempre ha tenido un pie en la lucha por los derechos de los inmigrantes y el otro en la defensa del acceso a la atención médica. Desde muy joven, ha sabido que los inmigrantes, como ella, están en el centro de la lucha por una atención médica accesible para todos. Rodríguez (Ciudad de México, 42 años) llegó a Estados Unidos a los 3 años con sus padres para que su hermano, que tenía atrofia muscular espinal, una enfermedad neurodegenerativa, recibiera tratamiento. Su familia se dio cuenta rápidamente de que, para que su hermano pudiera tener una vida más plena, debían quedarse en Estados Unidos. Su padre fue uno de los millones de inmigrantes indocumentados que lograron legalizar su situación bajo la Ley de Reforma y Control de Inmigración de 1986, después de haber trabajado como jornalero agrícola en el país.