
Solsiree Petit viajó con sus dos hijos siempre a su lado. Desde el estado de Falcón, en el norte de Venezuela, por más de un año caminaron y avanzaron juntos en carros, combis, buses y sobre el tren conocido como La Bestia hasta Ciudad Juárez, en la frontera norte de México, a las puertas de Estados Unidos. Pero allí, una semana antes de que Donald Trump tomara posesión, se separaron. Temerosos de lo que podría deparar el retorno del republicano a la Casa Blanca, los niños, Danniery, que ahora tiene 17 años, y Danny, de 10, cruzaron la frontera y solicitaron asilo como menores no acompañados.

