El expresidente boliviano Evo Morales hizo una demostración de fuerza en contra de su marginación de las elecciones de agosto. Su marcha “para salvar a Bolivia por segunda vez” llenó La Paz, la capital política del país, de miles de simpatizantes que protestaban para que “inscriban al comandante Evo” como candidato a presidente. Los manifestantes, la mayoría campesinos, mostraron el poder de convocatoria que retiene Morales y colapsaron el tráfico hasta ser desalojados por la Policía en las cercanías del Tribunal Electoral, donde se están recibiendo las listas de candidatos. Varios uniformados y un periodista que cubría los hechos resultaron heridos. El Gobierno detuvo a Ponciano Santos, un importante dirigente campesino y culpó por la violencia a los “evistas”.