El toc toc en la cancela pilla a Inés Domínguez en bata y con la mata de hierbabuena en la mano, a punto de echarla en el puchero. “Vengo a traerte una foto mía para que la pongas al lado del San Pancracio”, le suelta Paqui Guzmán con guasa mientras le endosa el paquete básico electoral: volatina, boli y papeleta con sobre. Y como una no tiene todos los días al político, con comitiva incluida, en la puerta de casa, la mujer de 74 años le salta al quite: “Pero el níspero de la esquina me lo tienes que podar, que ya me he caído tres veces al ir a tirar la basura”. Guzmán promete que lo pedirá y sigue con el puerta a puerta, que tiene tajo. Es el último día de campaña en Majarromaque, una de las 15 barriadas rurales de Jerez de la Frontera (Cádiz) que vuelven a las urnas este domingo para elegir a sus delegados de alcaldía en una atípica convocatoria electoral.