Dayan Melissa Gaona Duarte, una joven de 25 años, vive desde hace más de una década un calvario a causa de una endometriosis severa y crónica que, según relata, le impide llevar una vida digna. Los dolores constantes, las complicaciones médicas y la falta de respuestas efectivas por parte de los tratamientos la llevaron a pedir acceso al procedimiento de eutanasia en Colombia.
La joven explicó en sus redes sociales que su sufrimiento comenzó a los 10 años, con la llegada de su primera menstruación. Desde entonces ha atravesado por un sinfín de síntomas incapacitantes: fuertes dolores abdominales, náuseas, vómito, estreñimiento, dificultades para orinar y hasta dolor al respirar o caminar. En los últimos cinco años la enfermedad se ha intensificado, sumándose diagnósticos de quiste hemorrágico, dolor pélvico crónico, síndrome vesical doloroso, ansiedad severa y una infección bacteriana que llegó hasta su sangre.
En su testimonio, Dayan aseguró que ha agotado prácticamente todas las alternativas médicas disponibles. Ha pasado por siete cirugías, hospitalizaciones frecuentes, fisioterapia, terapias psicológicas, tratamientos alternativos y potentes analgésicos. Sin embargo, su cuadro es aún más complejo debido a múltiples alergias a medicamentos comunes para el manejo del dolor, como opioides, antiinflamatorios y analgésicos de uso habitual.
“Estoy atrapada en un dolor y en un sufrimiento. No es una decisión improvisada, son años de intentos médicos sin resultados. He perdido la paz, mis sueños y mis días. Respiro sin vivir”, expresó la joven en un video publicado en TikTok.
El 31 de julio de 2025, Gaona Duarte presentó una carta formal ante el servicio de ginecología de un hospital en Bogotá, donde manifestó su voluntad de someterse a la eutanasia, argumentando que su existencia en esas condiciones no puede considerarse una vida digna.
Pese a su determinación, la joven también agradeció las muestras de apoyo recibidas. Contó que personas de distintos países, médicos y periodistas se han puesto en contacto con ella para explorar posibles alternativas, aunque reconoció que muchas de estas opciones son económicamente inalcanzables.
“Me dijeron los especialistas que ya no se podía hacer nada más. Entonces, ¿qué hago? ¿Vivir limitada, sin poder hacer absolutamente nada? Eso no lo quiero”, concluyó.
Ante este panorama, Dayan Melissa inició una campaña de recolección de fondos a través de la plataforma Vaki, con el fin de reunir recursos para costear tratamientos que podrían mejorar su calidad de vida. Quienes deseen apoyarla pueden hacerlo en el enlace https://vaki.co/Juntos-con-melisa