En el municipio de Guarne aún se mantiene viva una tradición que mezcla historia, cultura e identidad campesina: la tapetusa, un licor artesanal elaborado a base de panela y maíz que ha acompañado a la comunidad por más de tres siglos.
Diego Zuleta, propietario de Guarnisky y descendiente de una familia que por cuatro generaciones ha destilado este licor, asegura que la tapetusa “tiene más historia que la misma cabuya en el municipio”. Su origen se remonta a los tiempos en que los pueblos indígenas fermentaban el maíz para obtener bebidas espirituosas. Con la llegada de los colonizadores, quienes trajeron desde Europa la práctica de la destilación, se perfeccionó la técnica y nació la bebida que hoy en día hace parte del patrimonio cultural de Guarne.


El nombre de tapetusa también guarda curiosidades. Algunos afirman que proviene de las botellas que eran cerradas con tusa de maíz, mientras que otros sostienen que hace referencia a la forma en que este licor ayudaba a “tapar las tusas”, es decir, a sobrellevar las penas y los momentos difíciles.
Alrededor de esta bebida existen múltiples mitos: desde quienes aseguran que puede dejar ciegas a las personas hasta aquellos que dicen que vuelve “bobos” a quienes la consumen. Sin embargo, Zuleta destaca que se trata de un licor profundamente artesanal, elaborado de manera natural y ligado a la identidad campesina. De hecho, en la tradición popular también se cuentan historias positivas, como su uso por parte de las parteras para atender partos, desinfectar y dar fortaleza en el nacimiento de los bebés.

Aunque la costumbre de producir y consumir tapetusa ha disminuido con el tiempo, aún es común verla presente en celebraciones y fiestas del municipio. Por eso, Diego Zuleta y otros productores esperan que pronto la tapetusa obtenga una denominación de origen que reconozca su valor histórico y cultural, garantizando la preservación de una bebida que ha acompañado la vida de los guarneños durante generaciones.