“Soy el orgulloso padre de tres hijas. He tenido el privilegio, más rápido de lo que quisiera, eso sí, de verlas crecer y desarrollarse como mujeres. He tenido muchas conversaciones con ellas y con mi esposa, y he sido testigo de varias otras. Como seguro les pasa a otros padres, en especial en hogares “100% femeninos”, también he sentido, en más de una ocasión, que me falta el lenguaje para acompañarlas, a veces simplemente me siento torpe y no logro conectar con ellas en los aspectos más naturales y esenciales de su desarrollo femenino, y uno de ellos, es la menstruación”.