En la vida a menudo nos encontramos con sorpresas inesperadas que nos hacen reflexionar sobre el rumbo de las cosas. Como cuando uno se pone un pantalón y encuentra un billete de alta denominación en uno de los bolsillos, algo que no esperábamos pero que nos deja una sensación de fortuna momentánea. Es precisamente esta sensación de lo imprevisto lo que me hace pensar en el Deportivo Independiente Medellín y su reciente victoria por la mínima diferencia ante Llaneros, del profesor José Luis García Herrera
El ‘Medallo’ está viviendo un momento en el que los resultados se están imponiendo por encima del juego vistoso que tanto anhela el hincha. Es cierto que el equipo no está deslumbrando en cuanto al espectáculo que brinda en el terreno de juego. Se le ve confundido, sin lucir ese juego fluido y atractivo que tanto gusta a la afición. Sin embargo, es innegable que está logrando sumar puntos importantes, como en el partido de local ante Millonarios, donde se jugó mal, pero se obtuvo la victoria.
Esto nos lleva a una reflexión profunda: ¿preferimos ver al equipo jugar mal pero obtener triunfos, o jugar bonito y no sumar? Muchas veces, el hincha no comprende las decisiones del técnico y la insistencia en jugadores que no parecen estar en su mejor nivel. Jugadores como Ménder García pueden generar resistencia en ciertos sectores de la hinchada, pero para el técnico Alejandro Restrepo son piezas clave que aportan en momentos decisivos, como quedó demostrado en el gol que le dio la victoria al Medellín ante Llaneros.
Es fundamental tratar de entender lo que el técnico está haciendo, por más que a primera vista no nos convenza. ¿Acaso no es preferible sumar puntos aún jugando mal, que lucir un juego vistoso pero sin resultados positivos? Es una pregunta que debe resonar en la mente de cada hincha del ´Rey de corazones’ de cara al próximo partido frente a Pasto en el estadio de la Libertad.
Jugar a lo Ménder no es solo aceptar el juego feo en pos de la victoria, sino comprender que en ocasiones, es necesario valorar el aporte silencioso pero efectivo de aquellos que, a pesar de todas las críticas, logran sacar adelante al equipo cuando más se les necesita. Porque al final del día, lo que cuenta en el fútbol y en la vida no es solo la apariencia, sino la capacidad de superar obstáculos y salir victorioso, prefiero en mi caso especial, que el Deportivo Independiente Medellín juegue como el dorsal de la ocho.
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