“Parece como si mañana hubiera elecciones”, ironizaban algunos compromisarios populares este domingo al acabar el congreso del PP. Era tanta la euforia en la que se había visto envuelto el partido con los problemas del PSOE en su comité federal del sábado, que Alberto Núñez Feijóo subió a la tribuna ante el plenario y pronunció un discurso de clausura en clave electoral, como si fuera el día del último mitin antes de las generales. Aunque las elecciones no tienen fecha, y podrían retrasarse todavía hasta dentro de dos años, el líder del PP se puso el traje de candidato a presidente y quiso dejar claras sus principales propuestas y su política de pactos, algo que suele hacerse en la recta final de una campaña. Feijóo marcó el terreno de juego del PP abriendo la puerta a entenderse con Vox y con Junts, con límites, en un discurso plagado de equilibrios que contentó por eso a las dos almas del PP.