Pese a haberlo previsto como un espaldarazo a Alberto Núñez Feijóo, el congreso del Partido Popular Europeo (PPE) que se celebra en Valencia la próxima semana se ha convertido en una convención incómoda y plagada de riesgos para el PP. El líder del PP ejerce de anfitrión de los populares europeos en la ciudad mediterránea en un momento de máxima tensión en la UE por la guerra arancelaria de Donald Trump y los conflictos en Gaza y en Ucrania. Pero no son esos desafíos a gran escala, sino un asunto doméstico el que amenaza con empañar el congreso. El evento corre el riesgo de resultar opacado por las protestas de las víctimas de la dana en la que murieron 228 personas hace justo seis meses y por la engorrosa presencia del máximo responsable político de la emergencia, el presidente Carlos Mazón. El desconcierto recorre al PPE, donde algunos dirigentes creen que haber mantenido el congreso en Valencia ha sido “un gran error”.