México y Estados Unidos apuntan ahora a las redes de huachicol fiscal, el contrabando de gasolinas a gran escala entre los dos países, en ambas direcciones fronterizas, del sur al norte y viceversa. Esta modalidad de contrabando, que evita el ingreso al fisco de miles de millones de dólares al año, toma así el relevo en la lista de emergencias binacional a la migración o, más recientemente, al fentanilo, protagonista de la guerra arancelaria que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado contra el mundo y que México, uno de sus principales socios, intenta sortear.