El pasado lunes a mediodía, alrededor de las 12.20, Jennifer Aniston se llevaba un buen susto. Un hombre atravesaba en coche el portón de entrada de la vivienda de la actriz, situada en la exclusiva zona de Bel Air, en Los Ángeles. Tras dar aviso, la policía le detenía, antes de que entrara en la vivienda, por ser sospechoso de robo. Sin embargo, horas después se conocía lo sucedido: el hombre era un acosador de la actriz, a la que llevaba persiguiendo desde hace más de dos años. Este jueves ha acudido a una primera vista con el juez, que ha pedido una evaluación mental para poder determinar si es competente para enfrentar los cargos de los que se le acusan, un delito grave de acoso y otro de vandalismo.