“Para tener un punto de referencia, cuando el banco central de un país no controla la inflación el dinero pierde su utilidad y valor, tal como ha sucedido en Venezuela”.
Por John Chica. Colaboración con Oriente Capital (@oriente.capital).
El pasado jueves la Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría dejar inalterada la tasa de interés en 9,25 %, manteniéndola en niveles considerablemente altos comparado con años anteriores. Aunque han bajado desde el máximo de 13 % que se alcanzó durante el momento más crítico de la inflación en 2023, siguen siendo costosas para quienes necesitan pedir dinero prestado.
El Banco de la República usa las tasas de interés como su herramienta principal para controlar el alza de precios en el país. Cuando las sube, hace que el dinero sea más caro de conseguir, lo que reduce el consumo y las inversiones. Esto enfría la actividad económica y ayuda a que los precios no suban tanto. Es una forma de buscar el equilibrio entre que la economía crezca y que los precios se mantengan estables, protegiendo así lo que pueden comprar los colombianos con su dinero. Para tener un punto de referencia, cuando el banco central de un país no controla la inflación el dinero pierde su utilidad y valor, tal como ha sucedido en Venezuela, donde los bolívares muchas veces han terminado utilizados para hacer artesanías en lugar de para pagar bienes y servicios.
La Constitución de 1991 le dio al Banco de la República la tarea principal de mantener estables los precios en Colombia. Esta función le otorga la autonomía necesaria para tomar decisiones sin que el Gobierno de turno interfiera, poniendo el control de la inflación por encima de otros objetivos económicos inmediatos.
El presidente Gustavo Petro ha presionado constantemente a la Junta Directiva para que baje las tasas más rápido. En diciembre pasado se molestó tanto porque no lo hicieron que acusó al Banco de haber tomado “una decisión política” y de buscar “que la economía no crezca en el Gobierno progresista”. El mandatario sostiene que tasas más bajas ayudarían a que haya más inversión y la economía crezca más.
Las tensiones escalaron esta semana cuando Petro intensificó sus críticas contra la junta directiva, cuestionando tanto su independencia como la forma en que han manejado las tasas en los últimos meses. Estas disputas han generado debates sobre qué tanto puede presionar políticamente el Gobierno al banco central en sus decisiones técnicas.
Tras la última decisión de mantener la tasa en 9,25 %, el ministro de Hacienda, Germán Ávila, expresó públicamente el desacuerdo del Gobierno. Sin embargo, es importante respetar que el banco tome sus decisiones de forma independiente para mantener la confianza en su manejo y que las expectativas sobre la inflación no se descontrolen.
El equipo del banco tomó la decisión basada en 5 criterios:
1. Inflación básica se estancó. La inflación básica (sin alimentos ni regulados) se estabilizó en 4,8 %, interrumpiendo su tendencia descendente.
2. Expectativas de inflación siguen altas. Las expectativas de inflación se mantienen por encima de la meta, con un comportamiento estable para las de los analistas y mixto para las provenientes de los mercados de deuda pública.
3. La economía está creciendo más de lo esperado. El equipo técnico estima que en el segundo trimestre la actividad económica crecería a un ritmo anual de 2,7 %. Una economía que crece rápido puede generar presiones inflacionarias adicionales.
4. Entorno externo complejo. Las condiciones de financiamiento externo del país enfrentan un entorno complejo, de tensiones comerciales globales, elevada incertidumbre por los conflictos en varias regiones del mundo, y lenta normalización esperada de la política monetaria en los Estados Unidos. Esta incertidumbre global hace que sea más prudente mantener herramientas disponibles.
5. Riesgos sobre la convergencia inflacionaria. Básicamente, el banco considera que todavía es muy pronto para cantar victoria sobre el control de la inflación.
Aunque muchos economistas, yo incluido, consideramos que en el mes anterior se dieron varias condiciones para que la junta directiva del banco redujera la tasa al menos a un 9 %, el equipo técnico no lo consideró así y debemos ser absolutamente respetuosos de la decisión. Cabe resaltar que el manejo monetario de nuestro país ha sido históricamente ejemplar, y que la estabilidad de la moneda y el control de la inflación han sido las principales virtudes de la economía colombiana por décadas.
Para las personas que están pensando en endeudarse, este panorama de tasas altas, pero con tendencia a bajar, requiere decisiones cuidadosas. Es recomendable aplazar créditos que no sean urgentes si es posible, tal vez preferir tasas fijas en lugar de variables, y no endeudarse más de lo prudente. Una vez las tasas continúen bajando, buscar renegociar deudas o realizar compras de cartera. Tener paciencia puede resultar en mejores condiciones para pedir dinero prestado en los próximos meses, cuando las tasas sigan bajando hacia niveles más normales.