El cerco judicial comenzó a cerrarse en torno a una decena de empresarios y profesionales técnicos vinculados con la producción y distribución de fentanilo clínico contaminado en Argentina, el nudo de una crisis sanitaria por la que murió casi un centenar de personas. El juez del caso, Ernesto Kreplak, ordenó a detención de los dueños de HLB Pharma y Laboratorios Ramallo, las compañías detrás del opiáceo infectado con bacterias, así como allanar sus domicilios y direcciones comerciales. El dictamen señala, además de los fallecimientos en diferentes hospitales del país, posibles desvíos de fentanilo al mercado ilegal.