
Las vacaciones son mucho más que un paréntesis. Pueden ser una oportunidad para parar y mirar con perspectiva nuestras relaciones y, por qué no, nuestra vida profesional. El trabajo no solo nos ayuda a pagar las facturas; también es un medio para crecer, para dotar de sentido a nuestro día a día y aportar a algo en lo que creemos. No existe el empleo perfecto, pero en ocasiones nos replanteamos si estamos en el lugar adecuado. El 79% de los trabajadores reconoce no estar comprometido con lo que hace, según Gallup. Si una persona pasa demasiado tiempo estancada o a disgusto, está claro que está malgastando parte de su vida.