
A veces, la primera pregunta de una entrevista es una toma de contacto, una forma de establecer parámetros y el tono de la conversación. Pero con Carlota Barrera (Gijón, 32 años) sucede algo distinto. Cuando le pregunto por el momento actual que atraviesa su marca, no responde a la ligera. “A veces, en la moda parece que todo el mundo está estupendamente siempre, y lo cierto es que yo he pasado algunas temporadas un poco desconectada de lo que hacía, creo que como resultado de escuchar demasiadas voces”, responde. “Al final, las marcas pequeñas siempre estamos intentando crecer más, vender más, salir más en prensa. Y, al echar la vista atrás, me di cuenta de que había empezado a hacer prendas y colecciones para cumplir unos objetivos que se alejaban de lo que yo quería hacer. Llegó un momento en que me detuve y dije: ‘Pero ¿de quién es esto? Porque mío, no’. A lo mejor desde fuera no se apreciaba tanto, pero me replanteé por qué estaba invirtiendo todo mi tiempo, mi energía y mi dinero en algo que tampoco me hacía increíblemente feliz”.



