
Estoy un poquito harta del momento este de bocadillo-focaccia-mortadela-burrata y te cobro 15 euros por pasártelo por la plancha. Yo ya sé que es ponerle pistacho a una chirivía por encima y me la cobrarán cuatro euros más cara; no estoy sorprendida. Lo que estoy es un poco fastidiada. El bocadillo, por naturaleza, por definición, es un formato económico; un bocadillo tiene que sacarte de un apuro. Tiene que ser el bote salvavidas antes de una noche de juerga, el premio esperado tras una caminata larga; esa comida rápida antes de seguir con la faena.