El mismo día en que el Senado debía tomar una decisión que el presidente Gustavo Petro calificó como definitoria para el año de Gobierno que le queda, el mandatario colombiano abordó un avión rumbo a Japón. Su visita a la Expo Osaka 2025 coincidió con una votación en la que el político de izquierdas sufrió una derrota que él mismo ha magnificado, al afirmar que en ella los colombianos “nos jugábamos si avanzamos a una democracia plena o nos devolvemos a los años del crimen desde el Estado y la impunidad”. Al presidente lo acompañaron tres ministras en el viaje, incluida la de Comercio, a quien le pidió la renuncia durante el periplo y por interpuesta persona. Con Petro de viaje en las antípodas del país, fue su ministro del Interior, Armando Benedetti, quien asumió como encargado de la Presidencia la elección del conservador Carlos Camargo como magistrado de la Corte Constitucional. Y, siguiendo la línea de su jefe, usó esa instancia para podar y aceptar tácitamente la participación burocrática con la que el Ejecutivo buscó sostener una coalición mayoritaria en el Congreso.