
Nadie discute que es el momento político más difícil de Pedro Sánchez en sus siete años de Gobierno, que han sido especialmente complejos, con una pandemia y unas elecciones que parecían perdidas en 2023. Toda la presión está sobre él. Su poder absoluto en el PSOE y el Gobierno, su forma personalísima de gestionar las crisis, escuchando a todos pero sin decirle a nadie lo que piensa, y el hecho de que la responsabilidad del nombramiento y confirmación de Santos Cerdán sea suya, hacen que todas las miradas del PSOE, del Gobierno y de los socios estén sobre sus primeros movimientos internos este sábado en el comité federal, a los que seguirán otros de reformas el 9 en el Congreso.