hace 3 semanas
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Ubicado a 108 kilómetros de Medellín, San Rafael es uno de los tesoros naturales del Oriente Antioqueño. Antiguamente famoso por la abundancia de oro en sus tierras, hoy se destaca por su producción panelera y por su enorme riqueza hídrica, al albergar una de las hidroeléctricas que abastece de agua a varios municipios de la región, motivo por el cual es conocido como el “embrujo de aguas cristalinas”.
En los últimos años, San Rafael se ha convertido en uno de los destinos turísticos más atractivos del Oriente, gracias a sus abundantes afluentes, que ofrecen espacios únicos para desconectarse y vivir una inmersión total en la naturaleza. Entre estos lugares se encuentra el Charco de La Araña, un paraje mágico y todavía poco explorado, donde el agua verde y azul cristalina corre entre rocas naturales y una densa vegetación de bosque húmedo tropical, sorprendiendo a todo visitante.
El recorrido hacia este destino se hace a través de senderos ondulados que atraviesan el antiguo Camino de Islitas, una ruta histórica transitada por los arrieros en tiempos de comercio, y considerada fundamental en el desarrollo de Antioquia.
Para quienes buscan un lugar auténtico para conectarse con la naturaleza, el Charco de La Araña es una experiencia imperdible. Allí, la vida brota con fuerza: las aguas recorren riachuelos, bañan cascadas y dan vida a un ecosistema diverso y vibrante.
¿Cómo llegar?
Llegar hasta San Rafael es sencillo. Se debe tomar la vía Medellín – Marinilla – El Peñol y, entre los límites de Guatapé y San Rafael, encontrar la entrada a la vereda Ciprés, aproximadamente a 106 kilómetros de la capital antioqueña. Desde allí inicia una caminata que permite disfrutar de una ruta de senderismo rodeada de vegetación espesa, biodiversidad y especies silvestres. La Araña se encuentra sobre la vía que comunica Guatapé con San Rafael, marcando el límite entre ambos municipios.
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