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El Área Metropolitana del Valle de Aburrá, autoridad ambiental, informó que al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre (CARV) llegó un mono capuchino, una hembra adulta, en estado clínico grave, producto de la tenencia ilegal de fauna silvestre. La presencia del animal fue reportada a la línea de fauna silvestre en una unidad residencial de la ciudad de Medellín.
Este mono capuchino fue arrancado de su hogar, separado de los suyos y obligado a sobrevivir al cautiverio 🥺.
Nada de esto es un “accidente”. Es el resultado directo del tráfico ilegal de fauna silvestre. Cada individuo que llega es la prueba de un delito. pic.twitter.com/Q2886aNG8P
En la evaluación inicial, el primate fue incapaz de desplazarse adecuadamente, con cojera en uno de sus miembros inferiores, múltiples heridas en distintas partes del cuerpo cubiertas con cremas, hematomas en el rostro y el pecho, así como presencia de sangre en el rostro y en la cavidad oral.
Durante los años 2024 y 2025 han ingresado al CAVR nueve monos capuchinos, todos víctimas del tráfico ilegal de fauna silvestre.
Los monos capuchinos no tienen distribución natural en el Valle de Aburrá, por lo que su presencia en este territorio siempre está asociada a actividades de tráfico ilegal. Esta práctica implica la captura forzada de los animales, la ruptura de sus grupos sociales y, en muchos casos, la muerte de otros individuos durante el proceso.
En Colombia, esta especie habita de manera natural en la región Caribe, la frontera con Panamá, la costa Pacífica, la cordillera Occidental, la isla Gorgona, el valle del río Cauca, la región de Urabá, así como en los departamentos de Córdoba, Sucre, norte de Bolívar y Atlántico, y en las riberas del río Magdalena y el río San Jorge.
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La extracción de estos animales de sus ecosistemas, según la entidad, genera afectaciones directas a la dinámica ecológica, como la pérdida de procesos de dispersión de semillas y el debilitamiento de la salud de los bosques.
El Área Metropolitana del Valle de Aburrá reiteró que la fauna silvestre no puede considerarse como mascota y que no pertenece a hogares, jaulas ni a la tenencia humana. Cualquier forma de cautiverio constituye maltrato. Asimismo, solicitaron no apoyar la tenencia ilegal de fauna silvestre, rechazar cualquier forma de violencia contra los animales y denunciar los casos de cautiverio o comercialización ilegal.
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