
Uno de los puntos del presidente Gustavo Petro en el consejo de ministros del 22 de octubre fue un mensaje directo al embajador de Colombia en Estados Unidos, Daniel García-Peña. “Ni mi propio embajador ni mi canciller hablan con Trump”, dijo el mandatario al referirse a la falta de comunicación con el Gobierno de Donald Trump, con quien las relaciones atraviesan un momento de tensión.
En un tono crítico, señaló que la tarea del embajador debe ser establecer una comunicación directa con la administración estadounidense para evitar que la narrativa del senador Moreno —a quien acusa de propagar calumnias sobre Colombia— defina la agenda bilateral.
Durante su intervención, Petro reconoció que la relación entre Bogotá y Washington atraviesa un momento delicado, aunque descartó adoptar medidas de represalia en el corto plazo. En su criterio, la prioridad ahora es restablecer el diálogo directo con la Casa Blanca y frenar la influencia del senador republicano Bernie Moreno, a quien responsabilizó de distorsionar la imagen de su gobierno en Estados Unidos.
Por eso le advirtió al embajador Daniel García-Peña que, si no logra “construir un camino que llegue y le ponga otra visión a Trump”, la tensión podría escalar. “Lleve las razones por donde toca, o terminamos en una masacre del pueblo latinoamericano”, expresó el mandatario, aludiendo al posible impacto regional de una crisis diplomática prolongada.
Petro contrastó además su tono actual con el de sus declaraciones previas en redes sociales. En los días anteriores había optado por moderar sus críticas hacia Trump, pero en el consejo de ministros insistió en que sectores como el de Moreno están intentando desestabilizar su administración con acusaciones infundadas.
“Está desesperado por provocar un choque entre Trump y este gobierno”, dijo Petro al referirse nuevamente a Bernie Moreno, y agregó: “Me tiene ad portas de ser juzgado por el señor Trump y sus jueces, que considero independientes”.
Según el presidente, la misión del embajador es llevar “los datos reales” a la administración estadounidense para contrarrestar esos mensajes y sostener la cooperación bilateral en temas sensibles como el narcotráfico y la seguridad en el Caribe. Con ese mensaje, dejó en claro que la permanencia de García-Peña en Washington dependerá de su capacidad para reabrir canales efectivos de comunicación con el Gobierno norteamericano.
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