El otro día, uno de mis hijos hizo una cometa con papel negro. La miré desde lejos y noté algo extraño: todas las cometas con las que jugaban los niños y niñas eran negras, pese a que normalmente suelen elegir colores brillantes. Pero tal vez estas cometas reflejan ahora lo pesada que sienten la vida. Porque en Gaza, incluso jugar lleva el peso de la guerra.