Padre Pacho Ocampo cumple 90 años: legado de un referente social en el Oriente

El sacerdote Francisco Ocampo Aristizábal, conocido popularmente como el padre “Pacho”, cumple hoy 90 años consolidado como una de las figuras más influyentes en la educación rural y la acción social, no solo del Oriente Antioqueño, sino de todo el departamento. Nacido en El Santuario el 14 de septiembre de 1935, Ocampo Aristizábal ha dedicado más de seis décadas a proyectos pastorales, comunitarios y ambientales que marcaron el rumbo del Oriente del departamento.

Ordenado presbítero en 1961, ejerció su ministerio en Marinilla, Guarne, Abejorral y, sobre todo, en El Peñol. Desde allí impulsó iniciativas pioneras que transformaron la vida de miles de campesinos: la Corporación Educativa para el Desarrollo Integral (COREDI), el Hogar Juvenil Campesino, el Hogar Infantil Mi Casita Alegre y la Cooperativa Antonio José Díaz.

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También fue gestor de la creación de Cornare, la autoridad ambiental del Oriente antioqueño, y participó en la negociación del Contrato Maestro con Empresas Públicas de Medellín para proteger los derechos de las comunidades afectadas por la construcción de embalses, entre ellas El Peñol, con lo que procuro que el pueblo fuese trasladado.

COREDI, su obra más reconocida, hoy atiende a cerca de 22 000 estudiantes en zonas rurales de 20 municipios, ofreciendo educación formal y formación para el trabajo. Gracias a este modelo, miles de jóvenes campesinos han podido acceder a estudios técnicos y profesionales sin abandonar su territorio, fortaleciendo el arraigo y el tejido social.

En 2022 el papa Francisco le otorgó el título de Capellán de Su Santidad, distinción honorífica que reconoce su trayectoria y liderazgo eclesial. Desde entonces es monseñor Francisco Ocampo Aristizábal.

A pesar de su edad, ha estado activo en el Santuario Mariano de la Divina Pastora en la Piedra de El Marial, zona rural de El Peñol. Allí ha trabajado en la consolidación de un templo natural y sitio de peregrinación para la región, en consonancia con su visión de una Iglesia cercana a las comunidades y al cuidado de la casa común.

En sus 90 años, monseñor Francisco Ocampo ha sido testigo y protagonista de las transformaciones del Oriente antioqueño. Su legado combina pastoral social, educación y defensa ambiental, y es considerado por líderes regionales como “un constructor de paz y desarrollo rural desde la fe”.

Hoy diversas comunidades, instituciones educativas y autoridades locales celebran su cumpleaños número 90 resaltando su compromiso incansable con la dignidad humana y el bienestar colectivo.

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