Hace casi un mes, a mediados de abril, el juez daba luz verde para que los hermanos Menéndez, que mataron a sus padres hace 35 años, siguieran buscando su libertad. Ahora, tras siete meses de vistas legales, el magistrado Michael Jesic ha considerado en firme la petición que Lyle, de 57 años, y Erik, de 54, le han hecho acerca de una nueva condena y ha decidido definitivamente dar a los hermanos la oportunidad de tener una nueva sentencia. De hecho, ya la ha dado él mismo: les impone una condena de 50 años de cárcel, en vez de a la cadena perpetua, como hasta ahora. Eso les da tener la posibilidad de salir a la calle pronto gracias a una petición de libertad condicional y tras cumplir 35 años en prisión.