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La violencia contra líderes sociales volvió a golpear a Segovia, Antioquia. Dayiston Correa Meneses, defensor de la memoria histórica y del patrimonio cultural del municipio, fue hallado muerto el pasado jueves 12 de junio al interior de una vivienda del barrio La Paz. Según informaron autoridades y organizaciones civiles, el cuerpo presentaba signos de tortura e impactos de bala.
Correa era ampliamente reconocido en el municipio por su compromiso con la cultura local y su labor como coordinador del Carnaval La Gigantona, un evento que reivindica las raíces sociales y ancestrales del nordeste antioqueño. Asumió este rol tras el asesinato del también líder social Jaime Gallego, conocido como “Mongo”, en marzo de este año.
El Comité Organizador del Carnaval expresó su profundo dolor por la muerte de Correa, a quien recordaron como un hombre alegre, comprometido y talentoso. “Su partida deja un vacío irreparable en nuestros corazones y en la tradición cultural de Segovia. Este hecho nos impulsa aún más a seguir trabajando por un carnaval que celebre la vida en su máximo esplendor”, señalaron en un comunicado público.
El asesinato ha generado una fuerte indignación a nivel regional y nacional. El senador Omar Restrepo, del partido Comunes, condenó el crimen y exigió garantías reales para los líderes sociales en los territorios. “Su muerte es un golpe para la comunidad y una muestra de la violencia que sigue afectando a nuestra región”, expresó.
La Defensoría del Pueblo recordó que el municipio de Segovia, junto con otros de la subregión del Nordeste antioqueño, se encuentra bajo alerta por la presencia de grupos armados como el ELN, las disidencias de las FARC-EP y el Clan del Golfo, quienes ejercen control social y territorial.
Indepaz informó que, con este caso, ya son 75 los líderes y defensores de derechos humanos asesinados en lo corrido de 2025 en Colombia. Óscar Zapata, vocero de la Fundación Sumapaz, pidió al Estado asumir con urgencia la protección integral a quienes defienden los derechos humanos desde la cultura y la organización comunitaria.
Las autoridades iniciaron una investigación para esclarecer los hechos y dar con los responsables. Mientras tanto, la comunidad de Segovia sigue exigiendo justicia, respeto por la vida y garantías para continuar defendiendo la cultura como forma de resistencia.
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