Qué lejos quedan esos últimos ochenta en los que nuestros artistas —modernos entonces, comprometidos hoy— iban a los toros en tendido de sombra. Qué lejos queda el videoclip Take a bow en el que Madonna y Emilio Muñoz compartían plaza y corrida. Desde entonces, pocas ficciones se le han dedicado a la tauromaquia.