La dictadura venezolana, en su delirio de control absoluto, cree que la nacionalidad es un capricho que se puede arrebatar con un decreto. Maduro y su cúpula de narcotiranos piensan que con un plumazo pueden borrar años de historia, de lucha y de pertenencia. ¡Qué equivocados están! La identidad venezolana no está en venta, no se subasta al mejor postor ni se diluye por las absurdas medidas de un régimen que ha perdido todo contacto con la realidad.

hace 5 horas
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