Una preocupante ola de hurtos de equipos médicos mantiene en alerta a los hospitales públicos del Valle de Aburrá y otras subregiones de Antioquia. Así lo denunció la Asociación de Empresas Sociales del Estado en Antioquia (Aesa), tras recibir múltiples reportes de gerentes de hospitales municipales que han sido víctimas del robo de dispositivos esenciales para la atención de pacientes.
Según el gremio hospitalario, en al menos el último mes se ha registrado una seguidilla de hurtos cometidos por delincuentes que ingresan a los centros asistenciales haciéndose pasar por pacientes o acompañantes. Una vez dentro, aprovechan el fácil acceso a ciertas áreas para sustraer equipos portátiles de alto valor, lo que no solo genera graves pérdidas económicas, sino que también afecta directamente la prestación de servicios de salud, especialmente para la población más vulnerable.
Entre los casos reportados se encuentran robos en los hospitales de La Estrella, Itagüí y Bello, en el Valle de Aburrá, así como en San Jerónimo, Donmatías y San Pedro de los Milagros. De acuerdo con Luis Hernán Sánchez Montoya, director ejecutivo de Aesa, tan solo en las últimas seis semanas se han presentado al menos seis hurtos con características similares.
El primer caso de esta seguidilla ocurrió el pasado 26 de noviembre en el Hospital de La Estrella, donde fueron sustraídos un equipo portátil de ecografías y dos transductores de ultrasonido desde el área de consulta externa. Como consecuencia, el centro médico se vio obligado a cancelar la agenda de ecografías, afectando especialmente a mujeres gestantes que dependen de estos controles.
El hecho más reciente se presentó el 1 de diciembre en la sede Rosalpi de la E.S.E. Bello Salud, donde fue robado un desfibrilador ubicado en el carro de paros del servicio de hospitalización, un equipo vital para atender emergencias de paro cardiorrespiratorio.
Aesa estima que las pérdidas económicas por estos hurtos ascienden a cerca de $300 millones de pesos en las últimas semanas. Además del impacto fiscal, la ausencia de estos equipos obliga a suspender servicios o a depender del préstamo de dispositivos por parte de hospitales de municipios vecinos, lo que también genera afectaciones en la atención en esas localidades.
Las cámaras de seguridad han captado en varios casos a los presuntos responsables, quienes actuarían de manera coordinada y sin recurrir a la violencia. Según relataron algunos gerentes, se trataría de grupos de tres o cuatro personas que se reparten funciones y aprovechan el denominado “factor oportunidad”. Por ello, desde Aesa no se descarta que detrás de estos hechos exista una banda organizada especializada en el robo de equipos médicos, especialmente aquellos que, por su uso misional, deben permanecer en zonas de fácil acceso.
Aunque la Policía Metropolitana señaló que en el Valle de Aburrá los casos han disminuido en comparación con años anteriores, Aesa advierte que los hurtos en municipios por fuera del área metropolitana van en aumento, lo que agrava la situación de hospitales que ya cuentan con recursos limitados. Otro factor que dificulta la solución del problema es la baja recuperación de los equipos robados, pues estos suelen ser vendidos rápidamente a precios inferiores a su valor real y sacados del departamento, e incluso del país, para abastecer mercados ilegales.
Ante este panorama, Aesa hizo un llamado a los hospitales públicos y privados para que refuercen sus medidas de seguridad y alerten sobre ofertas sospechosas de equipos médicos a bajo costo. Asimismo, solicitó a las autoridades mayor celeridad en las investigaciones para identificar a los responsables, desarticular posibles estructuras delincuenciales y recuperar los equipos, fundamentales para garantizar la atención en salud de miles de ciudadanos antioqueños.

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