El robo de vehículos y autopartes continúa siendo uno de los delitos de mayor crecimiento en Colombia. Entre enero y julio de 2025, la Policía Nacional registró 27 000 denuncias de hurto relacionadas con carros, motocicletas y piezas críticas. Las motos concentraron la mayor parte de los casos con 19 638 unidades robadas, seguidas de 5 100 automóviles y cerca de 2 900 incidentes asociados al saqueo de autopartes.

Este fenómeno no solo afecta la seguridad ciudadana, sino que también impacta la economía. Asopartes, gremio que reúne a importadores y comercializadores del sector automotor, calcula que en ese mismo periodo las pérdidas superaron $410 000 millones. Entre los repuestos más apetecidos por las redes ilegales se encuentran espejos, unidades de control electrónico (ECU) y llantas, elementos fáciles de extraer y vender en el mercado negro.
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El gremio advirtió que las marcas Toyota, Kia, Chevrolet y Mazda figuran entre las más afectadas en el caso de automóviles, mientras que Bajaj y AKT lideran la lista de motocicletas robadas. La problemática se agrava con el contrabando: según la DIAN, alrededor del 10 % de los repuestos ingresan al país sin cumplir los requisitos legales, alimentando así la cadena ilícita.
Carlos Andrés Pineda Osorio, presidente ejecutivo de Asopartes, señaló que “cada pieza robada o de contrabando es una venta menos para el comercio formal y un riesgo adicional en las vías por falta de certificación técnica”. Agregó que esta dinámica erosiona el empleo formal en talleres y distribuidores, encarece los seguros y desincentiva la inversión.
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