En la subestación de policía del corregimiento de Altamira solo hay seis uniformados.
El asesinato de los patrulleros Wilmer Oviedo Gallego y Edwin Danilo Chamorro, ocurrido en las últimas horas en el corregimiento de Altamira, ha puesto en evidencia las fallidas alertas de seguridad en el Suroeste antioqueño.
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El alcalde de Betulia, Néstor Camilo Serna, indicó que desde el pasado mes de marzo ya había denunciado que un grupo armado ilegal transitaba libremente por esta zona rural, distante a hora y media del casco urbano donde los uniformados fueron atacados.
El alcalde Serna describió la zona como una región rural boscosa de caminos destapados donde existe una amplia operación del Frente 34 de las disidencias de las FARC, además de la presencia activa del Clan del Golfo.
Recordemos que, los patrulleros Oviedo Gallego y Chamorro fueron asesinados al mediodía de este domingo mientras realizaban labores de vigilancia y control en una patrulla.
La situación de violencia en Betulia es crítica. Según el alcalde, a la fecha, 35 personas han sido asesinadas en el municipio.
Aunque el mandatario reconoció el esfuerzo brindado por la Gobernación de Antioquia, hizo un llamado vehemente al Gobierno Nacional pues siente que falta que el Estado colombiano ponga la lupa directa en el departamento, puntualmente en el Suroeste.
El alcalde Serna afirmó que se necesita más presencia militar y más hombres de la Fuerza Pública. Como ejemplo de la precariedad, señaló que en la subestación de policía del corregimiento de Altamira solo hay seis uniformados.
Ante la gravedad del doble homicidio, la Gobernación de Antioquia anunció de inmediato una millonaria recompensa de hasta $500 millones por información que conduzca a la ubicación y judicialización de los responsables del ataque.







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