
El debate dentro del Pacto Histórico se agudizó luego de la advertencia del magistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE), Altus Baquero, sobre las implicaciones de retirarse de las consultas presidenciales previstas para octubre.
El pronunciamiento cayó en medio de la polémica por el retiro de Daniel Quintero, exalcalde de Medellín, de la consulta del Pacto, y ratificó lo que han dicho expertos y organismos independientes sobre su inhabilidad de cara a 2026, ya sea una consulta del “frente amplio” en marzo o la primera vuelta presidencial en mayo.
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Baquero recordó lo citado en el artículo 7 de la Ley 1475 de 2011: “Si una persona que se inscribió a consulta renuncia, no puede participar. Eso lo dice claramente una norma de carácter estatutario”, señaló el magistrado.
Si bien evitó referirse directamente al caso de Quintero, advirtió que ese tipo de decisiones pueden derivar en solicitudes de revocatoria de candidaturas. “Hay una norma, que es lo que estoy mencionando, y en su momento habrá que determinar si se puede o no”, puntualizó el magistrado.
El comentario llega justo después de que Quintero anunciara su renuncia a la consulta del Pacto Histórico, alegando que el CNE y la Registraduría “convirtieron la consulta del Pacto Histórico en una interpartidista”, al incluirlo junto a partidos como el Polo Democrático, la Unión Patriótica y el Partido Comunista Colombiano, colectividades a las que asegura no pertenecer.
Pero entre más insiste Quintero en decir que no se inscribió a través de un partido, más salen videos y entrevistas de días anteriores que lo desmienten.
“Resulta que cuando nosotros inscribimos nuestras candidaturas, las inscribimos no solo como Pacto Histórico, sino también, al mismo tiempo, por los tres partidos. Tenemos plan A, B, C y D para hacer la consulta”, le dijo Quintero a Blu Radio, añadiendo, además, que si bien no tenía claro si era una consulta interna o interpartidista, lo que buscaban era “unir, sumar, de cara a las elecciones del próximo año. Entonces tiene que ser por un solo partido (...) Vamos a escoger cuál de los tres partidos es el correcto”.
Al mismo tiempo, Quintero acusó a sectores del propio Pacto de intentar excluirlo y afirmó que su participación se trasladará a una eventual consulta en marzo de 2026, lo que jurídicamente en este momento es inviable.
El “desespero” del exalcalde, al parecer, se extiende al Pacto Histórico, pero por razones distintas. Tras verse tan disminuidos por los tropiezos que han protagonizado hasta hoy, el Pacto está concentrado en la consulta entre sus candidatos para Congreso, varios de ellos con graves cuestionamientos.
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Pasaron a un segundo lugar el protagonismo que tenían el exsenador Iván Cepeda y la exministra Carolina Corcho, pues según fuentes consultadas por este diario, en el Gobierno están preocupados porque creen que no alcanzarán el millón de votos en la consulta del 26 de octubre, y que para el imaginario de la gente eso podría significar que Petro perdió apoyo popular.
De hecho, el propio Gustavo Bolívar se sinceró en entrevistas recientes y le sugirió a Cepeda y Corcho que mejor se bajen de la consulta, lo que no parece ser un consejo estratégico ni razonable. Sobre todo porque la consulta, incluyendo las votaciones de las listas al Congreso, le cuestan al país casi $200 mil millones de pesos.
A las contradicciones en el discurso de Quintero se suma la negativa del registrador nacional, Hernán Penagos, de reimprimir los tarjetones, por lo que el nombre y la foto del exalcalde seguirán apareciendo en la consulta del 26 de octubre. Las razones, explicó Penagos, son logísticas y monetarias: los casi 40 millones de tarjetones ya se encuentran en distribución.
Según expertos, esto complica aún más su panorama electoral. El exregistrador delegado Alfonso Portela explicó que la inscripción de Quintero lo deja atado jurídicamente a esa consulta: “Se está cerrando las puertas para marzo y mayo. La única manera de llegar a las elecciones del próximo año es ganando la consulta de octubre”, dijo a EL COLOMBIANO.
Además, la Misión de Observación Electoral (MOE) coincidió en que quienes participan en una consulta deben acatar su resultado y no pueden postularse por otras organizaciones. Su directora, Alejandra Barrios, advirtió que la renuncia de Quintero no lo libera de ese compromiso: “Ya aceptó las reglas y el Estado invirtió recursos en el proceso”, señaló.
En medio de ese laberinto jurídico y político, el Pacto Histórico enfrenta una disyuntiva: o le hace fuerza a la consulta del 26 de octubre, con todo lo que eso implica, o se aparta con la justificación de que el CNE les dio un “golpe democrático”, como dijo el presidente Petro hace unos días.
Lo cierto es que el Pacto Histórico llegaría disminuido a marzo, porque tendrá un candidato —sea Corcho o Cepeda— que carga con el desgaste de esta novela política, pero también con la división interna, los cuestionamientos y la crisis por los escándalos y la improvisación del Gobierno en varios frentes, que es un lastre difícil de evitar.