Publicado por: Julian Medina
2025-06-14 | 1:57 pm
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“A mi me iban a matar”: el aterrador relato del joven que le disparó a Miguel Uribe; que habló de todo
Resumen: El menor involucrado en el atentado contra el concejal Miguel Uribe Turbay ha ofrecido un impactante testimonio a la revista Semana, revelando que fue contratado por 20 millones de pesos, pero con la clara percepción de que él mismo era un objetivo. "A mí me iban a matar en esa vuelta", afirmó, aludiendo a la traición de quienes lo contrataron, ya que la motocicleta para su escape nunca llegó y no recibió el pago prometido. El joven, que ni siquiera sabía a quién disparaba, ha proporcionado a las autoridades detalles de la organización criminal, marcando una diferencia crucial en la narrativa del incidente: de sicario a víctima de una posible emboscada.
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El menor involucrado en el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay ha ofrecido un testimonio exclusivo que revela una faceta más compleja y alarmante de lo que se presume un simple acto de sicariato. Sus declaraciones, obtenidas por Semana, pintan un cuadro de traición y desesperación, muy distante de la imagen de un criminal frío y calculador.
El joven, cuya identidad se mantiene protegida, afirmó haber sido contratado por “el patrón del barrio, el jefe de la olla” para llevar a cabo el ataque por una suma de 20 millones de pesos. Sin embargo, su testimonio dista de ser el de un ejecutor voluntario y consciente del objetivo. “Yo no sabía quién era Miguel Uribe Turbay”, confesó, revelando que tuvo que preguntar por la identidad de su víctima momentos antes de disparar.
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La diferencia más impactante en su relato radica en su convencimiento de haber sido una pieza desechable en una operación de mayor envergadura. Tras el ataque, la motocicleta que supuestamente lo recogería nunca llegó, dejándolo a su suerte. “A mí me iban a matar en esa vuelta”, sentenció el menor, expresando su firme creencia de que fue traicionado y que su propia vida estaba en riesgo.
Además, el menor aseguró no haber recibido pago alguno por el crimen, lo que subraya aún más su percepción de engaño y abandono. En un acto que podría ser interpretado como un intento de salvación o de venganza, el joven proporcionó a las autoridades la ubicación, nombres y alias de la organización criminal a la que pertenecía, detallando su rol como “jíbaro” al servicio de “el patrón”.
Sus declaraciones también incluyeron una descripción minuciosa de las tres personas que lo acompañaron al lugar del crimen y la ruta que siguió, tanto de ida como de regreso. La diferencia en su estado mental post-ataque también es notable: “Estaba aturdido y lleno de adrenalina” tras los disparos, y solo se percató de haber sido herido en la pierna cuando sintió calor y la incapacidad de caminar.